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Cortejo.

—Bien, nuestro itinerario es muy sencillo —menciona el alfa, ambos estaban sentados en el sofá de la sala de estar, éste estaba de frente a una ventana que les permitía admirar el precioso paisaje del exterior, aunque para ser honesto con todos y sobre todo consigo mismo, el paisaje no se comparaba en lo absoluto a la imagen que él veía, Jimin acurrucado entre sus brazos con ambas piernas sobre su regazo y respirando tranquilo su aroma—. Primero haremos un picnic para conmemorar nuestra unión con el aire.

En la antigüedad, cuando los instintos animales eran más predominantes, el ritual de cortejo era mucho más elaborado, la sociedad se dividía en tribus que estaban muy arraigadas a la naturaleza, es por eso que en el cortejo se conmemoraban a los cuatro elementos que la componen, con el paso de los años esas costumbres fueron cambiando y el proceso se modificó para quedar en cosas mucho más simples; sin embargo, algunas pocas personas de la raza pura suelen manejar el cortejo tradicional para mantenerse en contacto con sus orígenes pues su casta es mucho más "salvaje".

—Eso suena muy lindo, amor —dice algo adormecido.

—Para el picnic debes estar despierto, cachorrito —ríe al ver que los orbes cerúleo se abren al máximo para despejarse del sueño.

—Lo estoy ahora —se levanta de su lugar con velocidad y deja un beso en la mejilla ajena—. Así que preparemos ese picnic porque tengo hambre —acaricia su estómago y al guardar silencio el alfa pudo percibir el gruñidito que soltó su estómago, la carcajada de ambos no se hizo esperar—. Ahí lo tienes.

—Voy a preparar las cosas, ahora vuelvo, cielo —caminó hacia la cocina y comenzó a tomar las cosas necesarias para su nada improvisado evento, Jimin solo lo veía entrar y salir de la casa, caminar de un lado al otro por al menos 15 minutos, llevaba y traía cosas que no le permitía ver porque "es una sorpresa", el omega reía y esperaba ilusionado por el resultado de su picnic, le alaga lo detallista que Jungkook está siendo con él a pesar de ya estar enlazados, otra persona no se tomaría tantas molestias solo por él—. Tu picnic está listo, mi amor —avisa con una sonrisa y posición elegante, tenía una tela entre las manos con la que se acercó al desconcertado omega—. Voy a cubrirte lo ojos porque...

—Es una sorpresa, lo sé —completa con emoción y aplaude para apresurarse así mismo a caminar donde el rizado y que éste le coloque la venda en los ojos—. Estoy muy emocionado.

—Puedo sentirlo y yo también lo estoy —ajusta suavemente la tela y deja un beso en los labios del menor—. Ahora saldremos, cuidado con los escalones —toma la cintura del castaño y con la otra mano sujeta su mano para cuidarlo de algún tropiezo—. Uno, dos, tres y cuatro —cuenta cada escalón conforme lo baja y comienzan a caminar hacia el rumbo que Jimin desconoce—. Unos metros más y llegamos, bebé —avisa para luego de unos segundos detener los pasos del chico y quitarle la cubierta de los ojos—. ¿Te gusta? —cuestiona en un susurro que pegó en el oído del menor, lo sostenía con ambas manos por la cintura mientras el ojiazul le daba la espalda.

—¡¿Cómo conseguiste todo? ¡Es precioso! —se gira extasiado para abrazar al mayor por el torso—. Te amo, te amo, te amo demasiado —elevó el rostro para picotear los labios contrarios.

Un grupo de mantas estaban extendidas en el césped, varios almohadones estaban sobre ellas para darle un aspecto confortable y cálido, algunas velas aromáticas acompañaban el delicioso olor de la comida que estaba esparcida de manera elegante por el lugar, incluso un pastel resaltaba entre el grupo de alimentos haciendo que los ojos del omega brillaran demasiado por que bueno, ¿a quién no le gusta el pastel?

—Yo no improviso, cielo —sonríe hacia su chico con un porte orgulloso—. Obviamente no pude hacerlo sin ayuda y anoche tuve que pedir muchos favores para encontrar todo lo necesario aquí —toma la mano del menor y lo guía hacia las mantas para que tome asiento con una enorme sonrisa feliz adornando sus facciones.

—Gracias, alfa —puso sus manos en sus mejillas para sentir el calor que estas desprenden, Jungkook tomó asiento a su lado—. Todo lo que haces por mi es magnifico, gracias por organizarlo, ¡y en tan poco tiempo!

—Para ser honestos lo planeé desde días después de que nos enlazamos —admite con una sonrisa nerviosa—. Iba a ser el fin de semana pero al verte tan abrumado decidí adelantarlo todo para hoy.

—Eso es aún más hermoso, Kook —se movió para quedar de espaldas a Jungkook, quedando entre sus piernas, el alfa lo rodeó en un abrazo y aspiró la parte trasera de su cuello—. Me haces muy feliz.

—Ese es mi propósito en la vida, ángel —besó la marca y luego recargó la barbilla en el hombro del omega—. ¿Qué quieres probar primero? —los ojos emocionados del castaño recorrieron la variedad de frutas y pequeños sándwiches que tenía al frente pero no podía dejar de pensar en el pastel y su betún de un sutil tono celeste cubriéndolo, sus papilas gustativas estaban ansiosas por probarlo.

—¡Pastel, quiero pastel! —su sonrisa se hizo más grande cuando Jungkook se estiró un poco para arrastrar el pastel de manera cuidadosa y tomar el cuchillo en el camino, Jimin estaba hambriento y extasiado, el pastel quedó frente a él y prácticamente le arrebató el cuchillo al ojiverde para partir una porción por si mismo y colocarla con apuro en uno de los platos que tenía al costado mientras Jungkook lo observaba con diversión en la mirada, llevó un trozo a su boca y gritó de emoción—. ¡Es tan delicioso!

Jungkook sabe que a su pequeño omega le gusta el pastel y por eso no se opuso cuando quiso servirse una segunda porción de un tamaño mucho mayor, y su alfa se sintió satisfecho cuando lo vio devorar algunos de los sándwiches y frutas que había en los recipientes, su omega estaba feliz bien alimentado y entre sus brazos, todo era como debería de ser.

—Quiero que sepas que estaré a tu lado en cada respiro y anhelo, que el aire nos unirá en alma y cuerpo al transportar nuestros aromas y permitirnos respirarlos, el aire y la naturaleza son testigos de cuanto te amo y te amaré durante toda la eternidad, mi amor —Jimin tenía lágrimas en los ojos al escucharlo hablar.

—El aire y la naturaleza son espectadores de la manera fiel en que voy a amarte y adorarte hasta que nuestros días terminen —el omega recita de manera lenta disfrutando y sintiendo en la piel cada una de sus palabras.

—Las velas se mantienen encendidas gracias al oxígeno y el aire, sin ellos el fuego se apagaría —explica con un tono suave mientras acaricia el estómago del omega—. Es como una metáfora, el fuego de las velas representa la energía, la pasión y la vitalidad, gracias al aire el fuego de nuestra relación se mantendrá encendido.

—Sin el aire no somos nada —ladea el rostro para recibir el casto beso que Jungkook deja sobre sus labios, para luego dedicarse un silencio cómodo y abrazado mientras ven el paisaje iluminado por el sol de la tarde, disfrutando cada momento de la compañía de su alma gemela

✧✦✧

Jimin definitivamente se quedó dormido. Su estómago estaba lleno y su mente tranquila, los brazos de Jungkook lo arrullaban y su aroma lo adormecía, así que fue demasiado sencillo rendirse al descanso, podría seguir durmiendo si no fuera por el insistente sonido de su celular. Despertó desconcertado al estar en una habitación que no había visto nunca, pero de inmediato reconoció el ambiente conocido de la cabaña de la familia Jeon, buscó su celular y lo encontró a unos metros sobre una mesa que supone, como escritorio.

—¿Dónde estás, alfa? —responde al ver el identificador.

Perdón por dejarte solito ahí arriba, cielo, pero te dormiste durante el picnic y no podía dejarte en el jardín —ríe ante el bufido de Jimin—. Yo ahora estoy afuera de la cabaña, ¿podrías salir, por favor? —solicita.

—Claro, en un segundito estoy ahí —responde con alegría.

Bien, pero ponte un abrigo porque la noche está fresca, bebé —Jungkook siempre lo cuida como si fuera un pequeño cachorro que no sabe hacerlo por si mismo, pero Jimin no puede quejarse, ama la calidez que se adueña de su corazón cada vez que el alfa se preocupa por él y su bienestar.

—Claro, ahora te veo —cuelga la llamada y busca su maleta con la mirada, él no empacó nada pero Jungkook le informó que él si, indagó en el interior y encontró el hooddie favorito de Jungkook que obviamente se colocó porque también es su predilecto, bien abrigado comenzó con su descenso en las escaleras, al abrir la puerta principal para lograr salir su corazón dio un giro por el regocijo, pudo distinguir una mesa y dos sillas bajo un árbol a la distancia, todo era hermosamente iluminado por algunas lámparas que colgaban de las ramas y otras que parecían surgir del césped—. Ricitos, estoy quedándome sin adjetivos que describan lo perfecto que es cada detalle que tienes conmigo —sus ojos azules estaban húmedos y tenía unas enormes ganas de llorar por la felicidad así que simplemente se abrazó al torso del alfa y se refugio ahí.

—No necesitas decirme adjetivos lindos, tu sonrisa y alegría me bastan para darme por alagado —besa su coronilla y lo aleja un poco por los hombros para verle a los ojos—. Preparé la cena —el omega soltó una risa tierna ante sus palabras.

—Lo supuse —vuelve a reír—. ¿A qué elemento de la naturaleza le debo las gracias? —cuestiona pues no puede asociarlo a ninguno.

—Ésto es de mi cortejo moderno —sonríe y besa sus labios rápidamente para luego tomar su mano y encaminarlo hacia una de las sillas—. Quiero que te sientas amado y adorado de cada forma posible así que... —se encoge de hombros—, quise traer un poco de modernidad a nuestro momento.

—Gracias por esforzarte tanto.

—Por nada, mi amor —se inclina para besar de nuevo sus gruesos labios y recompone su postura—. Iré por la comida, ya vuelvo —avisa para luego perderse en el interior de la casa.

Jimin se dio tiempo de admirar cada detalle en la mesa, el mantel blanco, la rosa roja que reposaba en el centro, el par de velas que ayudaba en la iluminación, la botella de vino y las copas, todo organizado de manera fina para adornar la ocasión, Jungkook siempre es tan detallista y meticuloso cuando se trata de atenderlo y mimarlo, Jimin no podría estar más agradecido con el destino por diseñar sus almas para estar juntas y hacer que se encontraran.

Jungkook llegó con una olla y comenzó a servir los alimentos en un plato, la nariz de Jimin comenzó a olfatear y el aroma era simplemente espectacular, sin duda alguna su alfa era un gran cocinero.

—Huele delicioso —halaga al alfa.

—El chef es muy bueno —se encoje de hombros con falsa pretensión y el omega suelta una risa cariñosa. Jungkook se sienta en su lugar y ambos se miran a los ojos con todo el amor que cabe en sus pechos hasta que el ojiverde rompe el contacto visual para buscar algo en su chaqueta, a los segundos sacó una pequeña caja rectangular y alargada que al abrirse dejó ver una pulsera plateada—. Esto es para ti, ángel —le da la caja y Jimin la observa embelesado.

—¡Es hermosa, Kook! —la pulsera estaba formada por delgados eslabones que al unirse simulaban una cadena.

—Normalmente te daría un dije cada semana hasta alcanzar el mes, sin embargo estamos algo cortos de tiempo —bromea haciendo al omega sonreír—. Me di cuenta muy tarde que pude hacer esto antes de enlazarnos, pude apresurar todo como ahora, pero fui algo torpe al respecto.

—Todo ha sido perfecto, alfa —niega con una sonrisa que tranquilizó el nerviosismo del mayor.

—Lo ha sido, si —sonríe y saca otra cajita de su chaqueta, ésta era cúbica y de color negro, Jungkook soltó un suspiro feliz y continuó hablando—. El cortejo dicta que debo darte cuatro dijes con significado así que iniciaré por el que representa nuestro primer encuentro —saca un pequeño copo de nieve que toma entre su dedo índice y pulgar—. Tú y yo nos encontramos incluso antes de estar destinados a hacerlo, es curioso que nos encontramos siendo unos niños, en la única noche buena en la que no ha nevado en nuestra ciudad, es por eso que te doy un copo de nieve para representar la primera vez que iluminaste mis días, eras el niño más precioso, resaltabas entre todos y voy a guardar siempre en mi memoria la forma tan linda en imitaste mi ceño fruncido y la bonita risa que me regalaste antes de que tu mamá te llevara sin permitirme saber tu nombre —le entrega la pieza de plata al omega que lloraba en silencio—. Sé con certeza que si lo hubiera sabido, si hubiéramos tenido 1 minuto extra para preguntártelo no me habría apartado de tu lado jamás.

—Pero las cosas no estaban destinadas a eso —niega con las mejillas húmedas y una sonrisa en los labios.

—No, la vida nos tenía otros planes —toma la mano de Jimin sobre la mesa y se inclina para dejar un beso en su dorso—. Eso me lleva al segundo dije; tu pasión por la enfermería fue lo que hizo que nuestras vidas se cruzaran de nuevo y pudiera despertar, eres el hombre más valioso sobre la tierra y no tienes idea de lo mucho que te admiro, por tu perseverancia, tu fortaleza y la vocación que tienes para servirle a tus pacientes —le entrega un pequeño estetoscopio—. Te admiro mucho, mi amor y te agradezco por cada uno de los días que cuidaste de mi, por las palabras que me regalabas y los malos chistes que hacías, me alegrabas sin saberlo y hacías que mi lobo se enamorara más de ti cada día; así que te entrego este estetoscopio porque representa tu profesión, esa que nos unió nuevamente.

—Por segunda vez y por suerte fue la definitiva —ríe un poco entre el llanto, no tenía palabras para corresponder a Jungkook, prefería esperar al final y decir todo lo que siente por él.

—Nuestro destino definitivo era encontrarnos años después para que pudieras salvarme la vida y abrirme los ojos literal y metafóricamente —acariciaba la muñeca del omega con cariño mientras sus ojos estaban puestos en la vela que poco a poco se consumía—. Te doy un ala de ángel por que eso es lo que eres para mi, mi precioso ángel que llegó para salvarme y cambiarme la vida de la noche a la mañana —sus ojos se encontraron de nuevo—. Yo creía solo en el amor por mis padres, yo juraba que iba a estar solo para siempre siendo un intento de beta, pero tú me mostraste que estaba equivocado y sé que yo podría regresar a los supresores, sé que podría quedarme sin olfato o mi lobo podría escapar de mi pecho, pero aún así seguiría amándote locamente como lo hago ahora, porque amo la maravillosa persona que eres, amo cada parte del ángel que la vida me envió y te voy a amar con la misma intensidad toda nuestra vida —le ofreció el dije de ala al ojiazul pero este estaba muy ocupado cubriéndose el rostro y llorando a mares por las palabras que su alfa le recitaba—. Eres perfecto y precioso, angelito —Jimin se limpió las mejillas y tomó la pequeña pieza plateada para colocarla en la pulsera junto con los otros.

›› —Y por último te doy un dije de un lobo porque gracias a ti me conecté con mi casta, me conecté con mi naturaleza y puedo decirte que es una de las cosas que más te agradezco, porque aprendí a conocerme a mi mismo, aprendí que tiene muchas más ventajas que desventajas, aprendí a ser un alfa por y para ti, me enseñaste con paciencia a controlar mis impulsos animales y aunque aún no lo domino ni medianamente bien, sé que voy a mejorar porque ahora quiero hacerlo, quiero ser un buen alfa para ser digno de ti, el mejor omega de este planeta —Jimin se levantó y se tiró a él en un abrazo que Jungkook correspondió de inmediato, el castaño se acomodó en su regazo y disfrutaron de la cercanía marcándose con sus aromas—. No se suponía que lloraras, ésto es para que dejaras de hacerlo en realidad —se burla un poco pero la sonrisa cariñosa seguía en sus labios.

—Eres el más increíblemente perfecto alfa que existe en éste y todos los universos, te amo y te voy a amar cada día de nuestra vida porque no podría hacer menos que eso, te amo a ti y a la forma en la que me cuidas y me conscientes, te amo a ti y la forma en la que pones atención a cada detalle para hacerme sentir amado, amo cuando despiertas muy temprano e intentas no despertarme aunque siempre lo haces porque me acaricias el cabello o las mejillas, amo tu forma de vestir porque luces guapísimo, eres guapísimo; amo que limpias mi desastre sin problemas, amo que no eres como todos los alfas y amo cada parte de nuestra historia porque es perfecta, todo es perfecto y amo cada detalle que tenga que ver contigo, te amo mucho, lobito.

La cena paso así, entre mimos y palabras lindas, Jungkook atrajo la otra silla para que Jimin estuviera justo a su lado y comieron con enormes sonrisas en sus rostros, entre pláticas banales y graciosas, se enamoraron nuevamente como si la marca en el cuello del omega no existiera, sin embargo, el amor y la profunda conexión que ya existían entre ellos seguían ahí. Jungkook conquistó a Jimin como si él no estuviera lo suficientemente enamorado ya, y de pronto el cielo estaba siendo iluminado por lo que parecía millones de estrellas, terminaron recostados en el pasto con las manos entrelazadas; tratando de encontrar constelaciones que la ciudad no les permitía admirar por la contaminación, pasando así una de las noches más lindas de su vida.

✧✦✧

Jimin despertó cálido y consentido, el desayuno había sido traído nuevamente hasta la comodidad de su cama, encontró waffles y fresas en su plato y los devoró con hambre y premura pues Jungkook le informó que habían más planes por llevar a cabo, el omega estaba realmente feliz por cada uno de los hermosos momentos que había vivido en esos días y por los que seguramente vivirá en las siguientes horas.

Por la tarde fue llevado a través del bosque mientras Jungkook cargaba con una canasta llena de comida, según la tradición debían permanecer todo el día en comunicación con el agua, así que el ojiverde planificó un día en la orilla del lago para conmemorar la ocasión. Conforme se acercaban más Jimin podía escuchar el movimiento del agua y lo que imaginaba se volvió realidad, eran algunas cascadas que alimentaban el río y el paisaje era simplemente increíble, los arboles enmarcaban el agua más clara que el omega había visto en su vida, sus ojos se abrieron al máximo y admiró cada centímetro de la vista.

—El agua nos purifica y nos une, el agua saca a la superficie nuestros sentimientos y aunque espero que mis sentimientos por ti hayan quedado muy claros, quiero que pasemos un día cerca del agua para que puedas confirmar que mi amor por ti es el más puro que hay —Jungkook tomó la mano del omega quien seguía perdido con los ojos en el lago que tenía el frente.

—Este lugar es hermoso, alfa —entrelazó su brazo con el de Jungkook y se estiró para dejar un beso en su mejilla—. Gracias por traerme, te amo.

—Por nada, bebé —le sonrió en grande y ambos caminaron hacia una parte seca para extender una manta y colocar las cosas que Jungkook tenía en la canasta. El recuerdo vivido del día anterior llegó a Jimin al ver una de las mantas que estuvo tendida durante su contacto con el aire, sin duda alguna recordara cada detalle de esos dos días por toda la vida, porque cada momento ha sido único y tan especial y porque merece la pena memorizarse hasta el más mínimo detalle que su alfa ha tenido ya que cada uno de ellos es único y tan increíble.

Al poco rato tenían un picnic en la orilla del río y ambos se sentaron en la manta para seguir con sus conversaciones y risas, hasta que Jungkook quitó su camiseta quedando solo en un bañador amarillo para luego ponerse de pie y tender su mano hacia Jimin.

—Vamos al agua, amor —el omega negó de inmediato, llevaba también una bermuda para el agua y una camiseta, estaba prácticamente listo para nadar pero seguía negándose—. ¿Por que no?

—Te veré desde la orilla y meteré mis pies, pero no puedo entrar —hace una mueca de pena y continúa—. Supongo que debí decírtelo desde antes, pero no sé nadar y ciertamente no quiero exponerme a la posibilidad de morir otra vez —ríe un poco aunque en el fondo está aterrado por entrar al agua.

—Entonces no iremos a lo profundo, te enseñaré a nadar, ángel.

—Ya lo he intentado, soy muy torpe —agita su cabeza de nuevo en una negativa—, pero puedo intentarlo de nuevo —sonríe un poco nervioso ante la mano de Jungkook tomando la suya y encaminándolo hacia el río.

—Yo te cuido, y no voy a permitir que te pase nada, solo estaremos aquí —se detiene en un lugar donde el agua le cubría el abdomen al ojiazul quien veía alrededor con nerviosismo.

—¿Y si piso un agujero? —veía las piedras acomodadas de manera desprolija en el suelo del lago y su mente solo pensaba en que había estado muy cerca de morir en varias ocasiones—. Kook, no quiero morir.

—No vas a morir, cachorro —Jungkook lo abrazó con fuerza regresando unos pasos para sentarse en la parte más baja del agua, colocó a Jimin en sus piernas y lo abrazó de nueva cuenta—. Deja esas ideas, por favor. Ya te expliqué que el destino y la muerte no funcionan de esa manera, tú no vas a morir.

—No quiero arriesgarme, no quiero averiguar si es verdad o no —se abraza con fuerza al mayor y esconde su rostro en el cuello de éste—. Perdón, no quiero arruinar nada pero tengo miedo, por favor no me hagas hacerlo.

—No amor, nunca —niega—, si no quieres entrar no lo harás, está bien, calma.

—Gracias —besó su cuello y siguió olfateando para calmarse y quitarse el trago amargo del pecho—, de verdad disfruto cada una de las cosas que haces por mi pero no puedo hacerlo.

—No importa, angelito —acaricia su espalda y besa su frente cuando el ojiazul sale de su escondite—. ¿Quieres que nos quedemos aquí? No avanzaremos más, estaremos sentados —ofrece con una sonrisa pacífica en sus labios.

—Eso quiero, si —aceptó con vergüenza, de verdad lamenta no poder entrar más profundo pero su mente le dice que no debería arriesgarse, no quiere que el alfa pase otra preocupación por culpa suya.

—Eso haremos entonces, pero no estés triste, todo está bien, amor —hace pequeñas cosquillas en el costado del menor, logrando su objetivo; el omega soltó una risa tierna y escandalosa para luego cubrirse el estómago para evitar más cosquillas.

Luego de eso la tarde solo mejoró para ambos, se divirtieron mucho en el agua a pesar de que el omega no se atrevía a entrar pero aplaudía y vitoreaba al alfa cuando éste se lanzaba de lo alto de las cascadas presumiendo su destreza en los clavados y al nadar, Jimin reía cada vez que el mayor le lanzaba agua en el rostro por calificar su entrada como mala y el alfa disfrutaba de la alegría de Jimin. Comieron de las cosas que Jungkook se encargó de preparar y pasaron una tarde muy divertida conectándose con el elemento que representa la pureza y transparencia de su amor.

✧✦✧

Para terminar el día Jimin creyó que los planes se habían terminado, creyó de verdad que lo que restaba lo iban a pasar acurrucados frente la ventana hablando de cosas simples y besándose como suelen hacerlo cada noche en el departamento que comparten, estaba agotado, toda esa diversión vespertina le agotó el cuerpo y aunque su alma estaba más que animada él quería descansar y abrazarse a su alfa. Pero no todo es como lo esperamos, y Jungkook lo sacó de la casa para su último y no menos detallista evento, la unión con el fuego.

—Vamos mi amor, es lo último —sonríe ante la imagen de Jimin acurrucado en sus brazos. Estaban parados en el marco de la puerta porque el omega parecía estar demasiado soñoliento para mantener los ojos abiertos y caminar.

—Pero tengo mucho sueño —se talló un ojo con su manita hecha puño mientras mantenía un pucherito en los labios brindando así, una escena realmente tierna para los ojos de cualquiera.

—Te prometo que no tardaremos tanto y después vamos a dormir —sonrió ante el asentimiento que el omega le regaló—. Andando entonces —bajaron los escalones de la entrada y Jungkook los encaminó hacia el patio trasero de la propiedad donde encontraron una cosa que Jimin no reconoció.

—¿Qué es esto? —cuestionó alzando una especie de círculo de papel que parecía extenderse para formar una especie de bolsa.

—Lo vas a romper —el mayor rió bajito por su confusión—, es un globo, cielo —explica quitándoselo de las manos con sutileza y extendiéndolo adecuadamente para no romperlo—. Y es nuestra conexión con el fuego y el cielo—Jimin hizo una mueca de pena por la vergüenza de no saber—. Este globo unirá la tierra y el cielo gracias al fuego, es una representación de la forma en que tú y yo estaremos unidos por nuestro amor.

—Para siempre —sonríe en grande dejando ver sus ojos pequeños.

—Vamos a encender juntos este fuego y enviarlo al cielo para que nuestra unión sea eterna —toma un extremo del globo y el omega toma el otro, el alfa enciende, con ayuda de fósforos, la pequeña bola de tela para que el fuego comience a calentar el aire que llena de inmediato el globo, un momento después el globo ejercía presión para soltarse, alfa y omega liberaron el objeto para observar juntos como emprendía su camino al cielo, Jungkook abrazó a Jimin por los hombros y el más bajo se acercó más a su calor—. Te amo, mi omega.

—Y yo a ti, mi alfa —deja un besito en el pecho del mayor y frota su mejilla en la zona—, demasiado.

—Nuestro cortejo ha concluido, mi amor, pero quiero que sepas que voy a ser igual de detallista y meticuloso en cada aspecto de nuestra vida, eres mi todo y voy a dedicarme a servirte y amarte cada día de mi vida, gracias por permitirme llamarte mío.

—Yo también voy a cuidarte y servirte cada día de nuestra vida juntos, te amo lobito —se unieron en un beso que sabía al primero, un beso que unía sus almas de manera preciosa, intercambiando los profundos sentimientos que cada uno tenía, demostrando que las promesas hechas esos días eran verdaderas y serían cumplidas a detalle, sus labios se movían lentamente en un ritmo que ellos conocían a la perfección, siempre coordinados para profundizar el beso.

—Usualmente —deja un picoteo en los labios del castaño para luego deslizar sus labios a su cuello—, a estas alturas tendría que hacer una bonita marca aquí —la punta de su nariz delineó la marca que el omega ya portaba haciendo que un jadeo escapara de sus labios—, para hacerte completamente mío —su voz fue posesiva y grave, Jimin creía que iba a derretirse—. Pero nosotros ya estamos unidos y tú tienes mucho sueño —bromea con la voz ronca.

—Cállate y llévame adentro, alfa —dio un salto y enrolló sus piernas en la cadera del nombrado y tal vez la única promesa que no se cumplió fue la de dormir luego de unirse con el fuego, pues tenían una unión más que reavivar y esa era aún más importante que descansar.

✧✦✧

—Creo que deberíamos contratar a alguien para hacerlo, Kook —dice el ojiazul con una sonrisa graciosa, ambos caminaban por el local, los enormes estantes y pasillos anchos hacían a Jimin verse aún más pequeño a los ojos del alfa. Era sábado por la mañana y decidieron que irían a buscar la decoración para su nueva casa ya que Jimin estaba de mucho mejor humor y el día parecía ser perfecto para salir de compras.

—¡Debes estar bromeando! —niega con una sonrisa, estirándose para tomar un muestrario de las gamas de color para la pintura, su otra mano seguía tomada a la de Jimin quien se detuvo un segundo para que el mayor pudiera cumplir su cometido, una vez que obtuvo la paleta la lanzó a la canasta que Jimin arrastraba—. Soy perfectamente capaz de pintar nuestra casa —el omega contuvo una risilla a lo que Jungkook alzó una ceja incrédulo—. Amor, estás ofendiendo a tu alfa, mi lobo está llorando en este preciso momento —se toca el pecho y el menor suelta una risa preciosa cubriéndose la boca con la mano que antes estaba entre la del ojiverde.

—No es mi intención, lobito —niega aún riendo—, pero creo que será más rápido y menos desastroso si contratamos expertos.

—Jeon Jimin, ¿estás diciendo que haré un desastre? —se sintió tan bien decirlo, no lo pensó solo lo soltó, quería saborearlo en sus propias palabras, desde que escuchó a Jongsuk referirse a Jimin como un Jeon, la idea no ha dejado de rondar su mente y ahora que lo ha dicho en voz alta su lobo aulló satisfecho por los ojos contentos de su amado, el azul brilla tanto al verle y sus labios están en esa linda sonrisa de labios apretados, la cabeza levemente ladeada y las mejillas rosas, sabe que pronto alcanzarán el rojo.

—No necesito decirlo, sabes que eso pasará —sujeta su mano de nuevo—, y aunque mi nombre suena lindo de esa manera, no soy oficialmente un Jeon —dice burlón y Jungkook se promete cambiar ese hecho muy pronto porque podrían hacerlo sin problemas, podrían solo iniciar el trámite ya que están unidos como alfa y omega, pero una parte de Jungkook quiere algo más, quiere estar unido a Jimin de cada manera posible, es por eso que desea algo más que un trámite simple; pensó en proponerlo cuando el cortejo finalizara, pero quiere que sea especial, quiere que ese momento tenga su recuerdo individual y por eso va a planificarlo más para que todo sea memorable.

—No me recuerdes desgracias, bebé —sonríe de vuelta y deja un beso sobre su sonrisa burlona—. Es más, para probar que merezco la dicha de que lleves mi apellido y que soy un alfa fuerte, vigoroso y eficaz voy a pintar yo mismo nuestra casa —Jimin volvió a reír.

—Eso no tienes que demostrarlo, alfa bobo —le pasó la canasta al mayor y se acercó a una muestra de alfombras de distintas texturas y colores—. Eres el mejor alfa del mundo y te conozco muy bien, así que sé que pintar no será tu mejor talento.

—Ángel, de verdad estás calando en mi ego —se toca el pecho con dramatismo, el menor solo sonríe de nueva cuenta porque al parecer con Jungkook no hace nada más que sonreír, siempre haciéndolo feliz con cada palabra que abandona su boca. el más alto se acerca y lo rodea por la espalda para recargar su barbilla en el hombro ajeno y ver las alfombras que el otro veía—. Creo que ésta está linda para el baño —Jimin se suelta a reír con fuerza.

—Kook, esas alfombras no van en el baño —niega girándose dentro del abrazo—, el material es distinto y esas están en el departamento indicado para el área de baños —aprieta las mejillas de Jeon quien bufa molesto.

—Que bueno que yo no soy el encargado de elegir las alfombras —se encoje de hombros y los hoyuelos aparecen en sus mejillas al curvar sus labios hacia arriba—. Yo solo elijo los estantes, los sofás y pinto nuestra casa.

—Solo elijes los estantes, los sofás y a la persona que pintará nuestra casa —corrige Jimin con tono burlón, dejando un beso sobre el pecho de Jungkook y escapando del abrazo para seguir caminando en el pasillo.

—Al menos dame una oportunidad, cachorrito —se queda parado donde está con el labio inferior saliendo en un lindo puchero y las palmas de las manos juntas en súplica, Jimin se gira para verlo y comienza a reír.

—Sé que puedes hacerlo, alfa bonito —se rinde—, ahora deja ese puchero y toma mi mano para seguir buscando cosas lindas para nuestro hogar —el corazón de el rizado vibra rápidamente ante la frase "nuestro hogar", nunca se imaginó a si mismo buscando cosas con otra persona para decorar la casa que compartirían por muchos años, y ahora eso es un hecho, está sucediendo y es su alma gemela con quien lo hace, formará un hogar, aunque Jimin ya es su hogar, con la persona que más ama en el mundo.

✧✦✧

—Definitivamente el nido será color blanco —asegura el menor con convicción y Jungkook sonrió en su cuello, estaban sentados en el sofá de la sala de estar, el omega sobre las piernas del mayor con la espalda recargada contra su pecho, Jungkook tenía la barbilla en el hombro del menor y veían el muestrario de pinturas, llevaban así mucho rato pues el omega no se decidía ya que, todos los tonos parecían gustarle.

—Pero, ¿blanco perla, blanco hueso, blanco algodón? Sé específico, amor —se burla.

—¡Jungkook, basta! Tienes que ayudarme, no complicarme la vida —ríe un poco porque no le quedaba nada más por hacer, Jungkook tenía razón pero no podía elegir.

—¡Me dijiste Jungkook! —abre la boca indignado—. Y aparte dijiste que te complico la vida —hace un puchero triste.

—No seas dramático, así te llamas —ríe bajito y Jungkook alza una ceja con incredulidad—, y tú nunca complicarías mi vida, es solo un chiste.

—De acuerdo, Jimin —dice recargándose en el respaldo del sofá, sin quitar sus manos de la cintura ajena, suelta una risa cuando el omega lo mira con molestia, sabe que el omega odia que le diga de forma tan simple y seca, desde que estuvo en el hospital lo dejó muy claro llorando a mares porque el mayor no usó un sobrenombre con él.

—No me digas así, tú no puedes decirme así —su ceño estaba fruncido con enojo.

—No seas dramático, así te llamas —responde con tono socarrón imitando el tono y la frase que el ojiazul empleó hace unos momentos.

—No, para ti no me llamo así, sabes que no me gusta que me digas así.

—Pero así te llamas, Jimin —sonríe.

—¡Agh! —gruñe levantándose de su lugar—. Me caes muy mal —comienza a caminar haciendo resonar cada uno de sus pasos en el piso, aunque sus pequeños pies no fueran tan estridentes como quisiera—. Eres un alfa feo, Jeon Jungkook —dice a mitad de la escalera cuando sintió que Jungkook lo seguía con una sonrisa en los labios, tal vez irónica.

—Tú fuiste quien me llamó Jungkook en primer lugar —dice con el ceño fruncido y un poco de molestia pues de nuevo, Jimin no usó un apodo cariñoso.

—Pero yo te lo digo seguido, tú siempre me llamas bebé, ángel o algún apodo lindo —sus ojos llenándose de lágrimas—. Tú no puedes llamarme Jimin, porque suena feo y como si me odiaras —llega a la puerta del nido pero se queda afuera para esperar al otro.

—Tú nunca me llamas por mi nombre, siempre me dices lobito, ricitos o Kook —discute pero no sirve de mucho ya que Jimin ha cerrado la puerta con fuerza en su cara al oírlo—. ¿Vas a molestarte por esto? —su pecho sintió la tristeza del menor y se sintió mal por enfadarlo, pero bueno, también se sintió mal cuando su omega lo llamó por su nombre, no quiere ser un completo bebé al respecto pero eso le dolió aunque el omega lo hiciera sin intención de molestar.

—¡Si! —responde fuerte—. Largo de mi nido, Jungkook.

—Bien, yo también puedo molestarme entonces —camina hacia la habitación y cierra la puerta del mismo modo que el menor, con fuerza haciendo que el sonido fuera estridente, después de eso hubo silencio en toda la casa.

Ambos estaban demasiado enojados, furiosos porque el otro no había sido cariñoso al nombrarle, Jimin más molesto que Jungkook porque este lo hizo con la fiel intención de enfurecerlo, nunca había estado molesto con su alfa y es extraño porque su pecho duele y su respiración es rápida por la ira, sube al nido y se acurruca entre las mantas con el ceño fruncido y un lindo puchero en los labios, las lágrimas bajan por sus mejillas y sabe que no va a estar feliz por un largo rato, solo estaría mejor si Jungkook lo abrazara y mimara pero eso claramente no será posible.

Está cansado, enojado, triste y un poco hambriento, no se supone que Jungkook lo haría enojar de esa manera, quiere llorar más tiempo pero sabe que entonces el alfa vendría a consolarlo y no quiere verlo, no quiere que el bobo alfa que lo llamó Jimin se aparezca con su linda cara triste a pedir disculpas porque tal vez Jungkook no debería hacerlo en primer lugar, él le llamó Jungkook y debería disculparse por eso aunque sea bobo y no lo hiciera a propósito, pero no quiere hacerlo, no aún porque el ojiverde lo hizo más veces y deliberadamente.

Siente el aroma a tabaco y tierra húmeda en las colchas, se restriega contra él para calmar sus sentimientos, últimamente siente que está siendo muy emocional con respecto a todo, llora muy seguido se molesta por cualquier cosa, su omega está muy voluble a cada instante, eso le atrae una idea a la mente y su estómago se revuelve dándole aún más argumentos para pensar que su teoría es cierta, pero no puede serlo, él toma anticonceptivos y eso no puede pasar, quiere que pase pero no es posible, Jungkook va a odiarlo, va a detestarlo porque si es verdad lo que piensa, está embarazado.

Su omega chilla contento ante la idea de ser mamá, tener un cachorro o cachorra entre sus brazos, algo suyo y de Jungkook, quiere ser mamá y eso le da mucha ilusión pero, ¿qué pasa si Jeon no lo quiere? El alfa había dicho que sería muy feliz si tuvieran cachorros, pero tal vez es muy pronto para él, tal vez aún no quiere que el cuerpo de Jimin cambie porque lo hará, se pondrá gordo y feo, las estrías aparecerán y su alfa ya no va a quererlo como antes porque será diferente.

Su mente trabaja muy rápido y comienza a marearse, las nauseas pegan directo en su estómago por el grupo de sentimientos que lo están atacando, se levanta del nido y corre directo a la habitación para abrir sin tocar y entrar directamente al baño, no quería que Jungkook lo viera en esas condiciones pero el baño de la recámara era el más cercano, se arrodilla frente al inodoro pero nada sale de su boca.

Jungkook se extrañó de inmediato al verlo entrar por la puerta, para ser honestos el alfa estaba casi por salir a pedirle perdón porque lo sintió enojado y triste, todo estaba llegando a su corazón, cada sentimiento que inundaba a su pequeño amor era reflejado en su ser y era doloroso, quería abrazarlo y consolarlo, pedirle disculpas por su comportamiento infantil pero eso se vio interrumpido cuando la preocupación se hizo mayor al verlo inclinado sobre el retrete esperando un vomito que nunca llegó.

—¿Qué pasó, amor? —se acerca a él de inmediato y acaricia su espalda con calma para tratar de transmitirle el sentimiento, su lobo estaba ansioso sin saber que hacer para calmar al omega, quería salir corriendo para llevarlo al hospital porque verlo vomitar le trajo un mal recuerdo, solo no quiere que la historia se repita, pero Jungkook sabe que debía mantener la calma porque Jimin estaba ansioso y nervioso, primero debía relajar al omega y después tomaría las medidas necesarias para cuidarlo.

El omega trataba de que algo saliera pero solo tenía un nudo en la garganta, cómo le decía a Jungkook que tal vez había arruinado todo, seguramente el alfa no lo amaría más, lo iba a odiar y sería terriblemente doloroso, su mente era un lío mientras trataba de que algo saliera de su estómago pero nada lo abandonaba, eran solo arcadas vacías porque al parecer debía mantener todos sus sentimientos adentro, no merecía ni un poco de liberación.

—Angelito, lo siento tanto —Jungkook se sienta a su lado y frota su mejilla contra el hombro del menor—. Dime qué pasó.

—Yo lo siento más, Kook —las lágrimas de tristeza remplazaron a las ocasionadas por el asco—. Lo lamento, perdón, lo siento, perdóname por favor —abraza al otro con fuerza por el cuello.

—Bebé, calma fue solo una bobería, ambos estuvimos molestos pero no debes llorar de esta forma, está bien, todo está bien —lo ajusta más en sus brazos y acaricia su espalda, libera su aroma y tararea bajito para calmarlo.

—No hablo solo de la pelea —se separa y cubre su rostro con ambas manos—. Lo siento porque vas a odiarme, ya no vas a quererme.

—Sabes que eso es imposible, eres mi vida y no voy a dejar de amarte jamás, amor —lo sujeta por las mejillas con ambas manos y limpia sus lágrimas con los pulgares—. Dime qué te tiene así, cachorro hermoso, por favor, vamos a solucionarlo pero dímelo porque estoy muriendo al verte así.

—Kook... —agacha su mirada y juega con sus dedos sobre su regazo, Jungkook aún lo sostenía por el rostro y sus ojos verdes buscaban los azules—, creo que estoy embarazado —el tacto se suavizó aún más de lo que ya era, desapareciendo por completo, su corazón se aceleró cuando los brazos de Jungkook lo rodearon con fuerza por los hombros—. Lo siento, yo de verdad quiero tener un cachorro ahora o mañana o cuando sea, voy a terminar la escuela y quiero esto pero te juro que no dejé de tomar mis pastillas, no sé que pas... —muchos besos en sus labios lo silenciaron.

—Está bien, todo está bien —los besos siguieron por todo su rostro hasta borrar las lágrimas que bajaban, la respiración del omega se calmó, se separó lentamente del menor, los ojos verdes brillaban y Jimin reconoció la emoción en ellos, su gran sonrisa estaba ahí y un poco sonrojado, siempre que Jungkook está feliz se sonroja un poco. El omega quiere morir ahí mismo porque su alfa no podría ser mejor, es tan lindo y suave, tan comprensivo y amoroso que no sabe cómo fue que resultó merecedor de tan buen hombre—. ¿Seremos padres? —la sonrisa era enorme en sus labios y el omega se sintió cálido por dentro ante sus palabras.

—No lo sé, yo... —temblaba un poco al hablar, Jungkook se aproximó a él para acariciar sus narices juntas de manera suave, acercó más al pequeño para que escondiera su rostro en su cuello, y pudiera aspirar el tabaco directo de la fuente, el nerviosismo se detuvo, todo estaba bien, Jungkook lo amaba como antes y eso lo demostraba con sus acciones, no debía temer a nada; un suspiro de tranquilidad abandonó sus labios—. Sabes que he estado muy sensible, voluble, apegado a ti y cansado, siempre tengo sueño, pensé que era por el celo pero ya pasaron varios días y tú no estás así —explica, ambos continúan sentados en el piso del baño, el alfa busca la pared para recargarse en ella mientras estira sus piernas y acomoda al omega sobre su regazo, las piernas hacia un lado y la cabeza recargada en su hombro—. Quiero ser mamá, de verdad lo quiero pero no sé si tú lo quieras, además es muy extraño, te digo que no dejé las pastillas.

—Claro que quiero ser padre, te dije que quiero absolutamente todo contigo, quiero que nuestra pequeña familia sea más grande quiero tener todo lo que tú quieras y cuando tú lo quieras —besa su mejilla repetidas veces, su palma viaja a la pancita del omega y comienza a dejar pequeñas caricias, es su costumbre, eso calma al menor y siempre le reconforta, pero ésta vez Jungkook quiere sentir algo diferente algo que le diga que su lobo siente algo distinto en Jimin pero no lo hace, su felicidad disminuye solo una mínima parte, porque aunque Jimin no éste embarazado eso no cambia nada, además le da al menor la oportunidad de terminar sus estudios adecuadamente y desarrollarse en su carrera por algún tiempo—. No estás embarazado, amor —dice con una sonrisa y Jimin sale de su escondite.

—Yo no estoy seguro p-pero... —comenzaba a alterarse de nuevo así que el mayor lo atrajo a un abrazo.

—¿Qué dice tu lobo? —cuestiona con calma y repartiendo caricias en la espalda del omega—. ¿Sientes algo diferente en él? ¿Algo que te diga que tienes a nuestro cachorro en tu pancita?

—No —respira pausadamente tratando de no alterarse, concentrándose únicamente en las caricias que el mayor desliza por su columna.

—Ahí lo tienes, bonito —ladea su rostro para buscar la mirada azul que tanto le fascina—. Tu omega y mi alfa lo sentirían, no lo sabrían de inmediato pero sería diferente, nuestra naturaleza nos lo mostraría, no has dejado de tomar los anticonceptivos, estás sensible y cansado por la marca, tu omega lo siente más por eres tú quien la porta y tus hormonas estás disparadas por eso también, mi lobo sabe que no estás en estado amor, calma —Jimin se acomodó para verle cara a cara con una sonrisa en los labios, era sincera y orgullosa.

—Aún no sé si estoy o no embarazado pero... —colocó sus dos manos en las mejillas del mayor y lo besó una rápida vez—. ¡Hablaste de nuestra naturaleza! Ahora tú me enseñaste algo a mi, me orientaste y estoy muy feliz de que ser alfa te esté resultando más sencillo, lobito —lo abrazó con fuerza por el cuello y sonrió aún más por el desconcierto del mayor.

—Es verdad... ¡lo hice! —no había pasado algo así, él simplemente cedía el control y su lobo lo tomaba por completo, no sabía comunicarse con su lobo interno, solo hacía lo que él creía pero ahora se dejó guiar; ambos, lobo y raciocinio, formaron un vínculo y equipo maravilloso para orientar a su omega y hacerle ver que sus suposiciones eran erróneas, y aunque eso implica que no tendrán un cachorro en brazos en los próximos nueve meses, siente una especie de felicidad, se acepta, acepta a su lobo y aunque le resulten complicadas algunas características de su casta ya no se siente vulnerable por ello—. Sin ti nunca habría descubierto que me gusta ser un alfa, eres mi luz en el camino, eres el sol que me iluminó la vida y te amo demasiado, gracias por estar en mi vida —picoteó sus labios varias veces más—. Y aunque ahora no estés embarazado, sé que seremos los mejores padres en el futuro.

—¿Qué tal que mi lobo y el tuyo aún no lo notan?

—Nos aseguraremos, pero estoy casi seguro que no es así —besa su mejilla sonoramente—. Iré a la farmacia y compraré una prueba, ¿bien? —el omega asiente—. ¿Quieres venir conmigo o te quedas aquí un ratito?

—Iré contigo, no quiero estar sólo —se abraza a su cuello.

—De cualquier forma iremos mañana con el médico, ¿bien? —percibe su asentimiento—. Ya no estés triste, ángel —acaricia su espalda.

—Quiero estar embarazado, realmente seré feliz si estoy en estado, pero una parte de mi no quiere, yo no quería enterarme así, no quería que esto fuera accidental, quería que las cosas fueran lindas, no enterarme porque estoy tan gruñón que me enojé contigo por no decirte el estúpido apodo —Jungkook sonríe con ternura hacia su chico.

—No le digas estúpido a mi apodo, bebé —ríe un poco ante el puchero que el chico hace—. Será estupendo cuando sepamos que seremos padres y si es éste momento igual es lindo, porque eres tú quien tendrá a mi cachorro, eres tú, el omega que amo, tú eres quien hace lindo cada momento de mi vida, podría enterarme de cualquier forma posible pero la felicidad siempre sería la misma, porque es contigo con quien estoy creciendo como persona y alfa.

—Te amo mucho, mucho, mucho. De verdad perdóname por no decirte Kook, ricitos o lobito, fue sin querer y perdón por cerrar la puerta de esa manera y decirte alfa feo —se esconde en el cuello del otro con vergüenza—, lo lamento.

—No hay nada que perdonarte, yo actué como un cachorro por ello, sé que cada forma en que me llamas es con cariño sólo... lo sentí extraño.

—Eso siento yo cuando me llamas Jimin —ríe un poco sobre la piel del cuello del alfa—. No lo hagas de nuevo, nunca lo hagas —el mayor ríe por su petición.

—Nunca, angelito hermoso.

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